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viernes, 5 de abril de 2019

Filosofia de la educación


Reporte de lectura.
Esquema:
Objetivos:
v  Identificar los conceptos de: sociedad, cultura y educación.
v  Conocer el origen histórico de la educación y el desarrollo social.
Temas:
v  Sociedad, Cultura y Educación.
v  Orígenes históricos de la educación y el desarrollo social.
v  Educación y Filosofía.
v  Carácter autónomo y función critica de la filosofía de la educación.

Contenido.
v  Conceptos de Sociedad, Cultura y Educación
Sociedad. -Conjunto de personas que se relacionan entre sí, de acuerdo con unas determinadas reglas de organización jurídicas y consuetudinarias, y que comparten una misma cultura o civilización en un espacio o un tiempo determinados.
Cultura. - Conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo.
Educación. - Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.
v  Orígenes históricos de la educación[1]
La educación está tan difundida que no falta en ninguna sociedad ni en ningún momento de la historia. En toda sociedad por primitiva que sea, encontramos que el hombre se educa.
Los pueblos primitivos carecían de maestros, de escuelas y de doctrinas pedagógicas, sin embargo, educaban al hombre, envolviéndolo y presionándolo con la total de las acciones y reacciones de su rudimentaria vida social. En ellos, aunque nadie tuviera idea del esfuerzo educativo que, espontáneamente, la sociedad realizaba en cada momento, la educación existía como hecho. En cualquiera de las sociedades civilizadas contemporáneas encontramos educadores, instituciones educativas y teorías pedagógicas; es decir, hallamos una acción planeada, consciente, sistemática. La importancia fundamental que la historia de la educación tiene para cualquier educador es que permite el conocimiento del pasado educativo de la humanidad.
El hecho educativo no lo presenta la historia como un hecho aislado, se estudia vinculándolo con las diversas orientaciones filosóficas, religiosas, sociales y políticas que sobre él han influido. Al verlo así, como un conjunto de circunstancias que lo han engendrado, permite apreciar en qué medida la educación ha sido un factor en la historia y en qué medida una cultura es fuerza determinante de una educación.
•Los primeros sistemas de educación:
Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes, enseñaban religión y mantenían las tradiciones de los pueblos. En el antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino también los principios de la escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. De forma semejante, en la India la mayor parte de la educación estaba en las manos de los sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina que se enseñaba en las instituciones a los escolares chinos, y que se extendió por los países del Lejano Oriente. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio, Lao-tse y otros filósofos. El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta el presente siglo, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para los puestos importantes del gobierno.
Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la gimnasia como las matemáticas y la música.
La Biblia y el Talmud son las fuentes básicas de la educación entre los judíos antiguos. Se les enseñaba a los judíos conocimientos profesionales específicos, natación y una lengua extranjera. En la actualidad la religión sienta las bases educativas en la casa, la sinagoga y la escuela. La Torá sigue siendo la base de la educación judía.
•Tradiciones básicas del mundo occidental:
Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición religiosa de los judíos y del cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócrates fueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tares del Estado y la sociedad. En los siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico.
La educación romana transmitió al mundo occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno. Muchas escuelas monásticas, así como municipales y catedráticas se fundaron durante los primeros siglos de la influencia cristiana.
•La edad media:
En el occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) a clérigos y educadores para desarrollar una escuela en el palacio. El Rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizajes desde que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre el siglo VII y el XI la presencia de los musulmanes en la península Ibérica hizo de Córdoba, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica, las ciencias y las matemáticas.
Persia y Arabia desde el siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las ciencias y el lenguaje. Durante la edad media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles.
Para este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte como las de París, Oxford y Cambridge, eran administradas por los profesores: mientras que las del sur, como la de Italia y Alcalá de España, lo eran por los estudiantes. La educación medieval también desarrollo la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.
En el desarrollo de la educación superior durante la edad media los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación dentro de sus propias comunidades, sino que intervinieron también como intermediarios del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos.
•Humanismo y renacimiento:
El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griega emigraron desde Constantinopla en Italia.
El espíritu de la educación durante el Renacimiento está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas en Mantua (1.925), donde se introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años.
Durante este período se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas de gramática latina, que, originadas en la Edad Media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1.538), en México y Lima (1.551).
•La influencia del protestantismo:
Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma promovida por Martín Lucero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el catecismo en un grado elemental y cultura clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria.
La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lucero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de la Reforma.
•La influencia de la iglesia católica:
Los católicos siguieron las ideas educativas del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la Contrarreforma.
Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde el siglo XVI.
•Desarrollo de la ciencia en el siglo XVII:
El siglo XVII fue un período de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas secundarias.
Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Su objetivo educativo podría resumirse en "enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres", postura que se conoce como pansofía.
•El siglo XVIII:
Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en Pursia; en Rusia empezó la educación formal. Durante el mismo período se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de personas podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas.
El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jaques Rousseau. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. Entre sus propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños, las niñas debían recibir una educación convencional.
•El siglo XIX y la aparición de los sistemas nacionales de escolarización:
El siglo XIX fue el período en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, España y otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón que había abandonado su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomo las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelo para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno.
El más influyente seguidor de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. Su principal objetivo era adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño. Para lograr este propósito consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos).
•El siglo XX: la educación centrada en la infancia:
A comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio muy influenciada por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El siglo de los niños (1.900) fue traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión.
Estados Unidos ejerció una gran influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina. El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas de Asia y África. LA educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela.
La pedagogía como movimiento histórico, nace en la segunda mitad del siglo XIX. Reconoce serios antecedentes hasta el siglo XVIII, pero se afirma y cobra fuerza en el siglo XX, particularmente después de la primera Guerra Mundial (1.914 – 1.918). Sin embargo, la pedagogía general, combinada con la historia, tiene entre sus misiones la de intentar un esquema que haga las veces de brújula para orientar a los educadores en el laberinto de los sistemas y técnicas pedagógicas que surcan nuestra época.
El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los propios albores de la humanidad. En sí mismo no es más que una consecuencia de su devenir histórico, en correspondencia con la necesidad del ser humano de trasmitir con eficiencia y eficacia a sus congéneres las experiencias adquiridas y la información obtenida en su enfrentamiento cotidiano con su medio natural y social.

Las ideas pedagógicas abogan en ese momento crucial de la historia del ser humano como ente social por la separación en lo que respecta a la formación intelectual y el desarrollo de las habilidades y las capacidades que habrían de lograrse en aquellos hombres en que sus tareas principales no fueran las de pensar, sino las requeridas para el esfuerzo físico productivo, tales ideas pedagógicas debían insistir lo suficiente para lograr en la práctica que la mayoría o la totalidad de la "gran masa laboriosa" aceptara esa condición de desigualdad. Con estas concepciones es que surgen las denominadas escuelas para la enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta ese momento para el uso exclusivo de las clases sociales selectas, asignándoseles a las clases explotadas, como única salida de sobre vivencia, el papel protagónico de la realización del trabajo físico.
Tales concepciones e ideas pedagógicas, juntamente con las cualidades que deben poseer tanto el alumno como el maestro, aparecen en manuscritos muy antiguos de China, la India y Egipto.
El desarrollo del pensamiento pedagógico tiene lugar en Grecia y Roma con figuras tan sobresalientes como Demócrito, Quintiliano, Sócrates, Aristóteles y Platón. Este último aparece en la historia como el pensador que llego a poseer una verdadera filosofía de la educación. El pensamiento pedagógico emerge con un contenido y una estructura que le permite alcanzar un cuerpo teórico verdadero. En el renacimiento la pedagogía figura ya como una ciencia independiente.
La pedagogía eclesiástica tiene como centro la disciplina, de manera férrea e indiscutible, que persigue, en última instancia, afianzar cada vez más el poder del Papa, en un intento de fortalecer la Iglesia ya amenazada por la Reforma Protestante.
Se puede decir que la pedagogía tradicional, como práctica pedagógica ya ampliamente extendida alcanza su mayor grado de esplendor, convirtiéndose entonces en la primera institución social del estado nacionalista que le concede a la escuela el valor insustituible de ser la primera institución social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.
Es a partir de este momento en que surge la concepción de la escuela como la institución básica, primaria e insustituible, que educa al hombre para la lucha consciente por alcanzar los objetivos que persigue el Estado, lo que determina que la Pedagogía Tradicional adquiera un verdadero e importante carácter de Tendencia Pedagógica, en cuyo modelo estructural los objetivos se presentan de manera tan solo descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar que a las acciones que el alumno debe ejecutar sin establecimiento o especificación de las habilidades que se deben desarrollar en los educandos, otorgándoles a éstos últimos el papel de entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le exige la memorización de la información a él transmitida, llevándolo a reflejar la realidad objetiva como algo de quienes aprenden.

La Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza en el conocimiento de los mecanismos mediante los cuales se desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los conocimientos y habilidades que se habrán de alcanzar en el estudiante, por lo que su pensamiento teórico nunca alcanza un completo desarrollo. La información la recibe el alumno en forma de discurso y la carga de trabajo práctico es mínima sin control del desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisión del conocimiento, cualquiera que sea la naturaleza de éste, lo que determina que ese comportamiento tan importante de la medición del aprendizaje que es la evaluación esté dirigido a poner en evidencia el resultado alcanzado mediante ejercicios evaluativos meramente reproductivos, que no enfatizan, o lo hacen a menor escala, el análisis y el razonamiento.
La Tendencia pedagógica Tradicional tiene, desde el punto de vista curricular un carácter racionalista académico en el cual se plantea que el objetivo esencial de la capacitación del hombre es que el mismo adquiera los instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la en la tradición cultural de la sociedad; no obstante, esta tendencia se mantiene bastante generalizada en la actualidad con la incorporación de algunos avances e influencias del modelo psicológico del conductismo que surge y se desarrolla en el siglo XX.
Esta teoría resulta ineficiente y deficiente en el plano teórico, por cuanto ve a éste como un simple receptor de información, sin preocuparse de forma profunda y esencial de los procesos que intervienen en las asimilaciones del conocimiento.
La preocupación por lo educativo constituye, justamente, una de las características de la pedagogía de hoy: no siempre adopta una forma sistemática, ni se integra en una rígida concepción científica, sino que aparece junto a otras reflexiones en el sentido estricto del término.
v  Filosofía educativa[2]
La Filosofía Educativa, también llamada Filosofía Pedagógica y Filosofía de la Educación se puede describir como un campo de investigación y de enseñanza académica que limita el alcance de este ámbito a las actividades de un pequeño grupo de profesionales que trabaja esta área específica. Estos llamados "filósofos educativos" se encuentran en los países de habla inglesa y, en menor grado, también en algunos países de la Europa continental, y normalmente están relacionados con las escuelas universitarias de educación o pedagogía.
Dado que la educación es el proceso de formación del hombre en la vida social y para la vida social, o la asimilación de las experiencias que preparan para la vida humana, se entenderá que la Filosofía de la Educación estudia las leyes, las situaciones y los fenómenos del mundo, del hombre, de la sociedad y de la cultura en relación con el proceso de la formación humana a partir de las posiciones filosóficas.
A la filosofía educativa corresponden numerosas posiciones y actitudes de orden ideológico y político que son bastante frecuentes no sólo entre las personas dedicadas a las labores educativas formales, como son los maestros, administradores y supervisores escolares, sino también, entre otros, como los gobernantes, políticos, empresarios, sindicalistas, obreros, padres de familia y dirigentes juveniles. En fin, la filosofía de la educación trasciende el plano de la formalidad institucional, abarcando las posiciones ideológicas y políticas reveladoras de lo que hacen, sienten y piensan todos los hombres en relación con la educación, por cuanto el hecho educativo extraescolar, como sucede con el escolar, está condicionado por el hecho histórico general. Si bien pocos seres humanos son filósofos de la educación, en cambio nadie deja de incursionar, en uno u otro nivel y forma, en las esferas del discurso filosófico-pedagógico.
Como quehacer científico, la filosofía educativa presenta diversos grados, dependiendo esto de la mayor o menor importancia con que en ella se manejan los factores especulativos, de teoría científica, de practicismo o de utilitarismo.
La filosofía educativa tiene sus manifestaciones en las formas y en los niveles con que los educadores, tratadistas y demás personas interesadas en la educación, enfocan y aplican las diversas disciplinas, siendo notorios los casos de la antropología, la psicología, la historia y la sociología, por los altos niveles de afinidad y la interacción que presentan con importantes aspectos de la realidad educativa.
Las contradicciones ideológicas que han caracterizado a las diversas sociedades ocasionan gran diversidad de enfoques y de interpretaciones en el campo científico, lo que a su vez provoca que la filosofía, ligada ampliamente a todas las ciencias y en general a las actividades humanas, sea la disciplina que encierre un mayor nivel de heterogeneidad en su contenido. La filosofía de la educación no escapa a esta situación, por lo que sus textos varían mucho en sus enfoques y contenidos aún dentro de grupos que han parecido tener una ideología común.
v  Carácter autónomo y función critica de la filosofía de la educación[3]
"Ya por el hecho de haberse convertido en una especialidad o profesión, la filosofía pierde su encanto, aun cuando no puede negarse que, a diferencia de otras profesiones, ésta en verdad no sirve a nadie de mucho".
Con esta lapidaria afirmación comienza Horkheimer su artículo sobre Kant; es cierto que la profesionalización de las humanidades ha dado por tierra lo que en su emergencia estas significaran. Por otro lado, ya desde las convicciones del pensamiento griego, es de consenso que lo filosófico está reñido con lo servil. Se toma este término en dos direcciones: la filosofía no depende de las ciencias -ni las sirve- y la filosofía no es un saber de tipo utilizable -como son, por ejemplo, ciertas destrezas estadísticas-.
En este artículo se indaga la función pedagógica de la crítica tal como puede desprenderse de la obra de Horkheimer y se investigan tanto sus modos de instalación frente a otros saberes como su posición en la constelación de las teorías consagradas por la "autoridad de la tradición".
1. Desorientación del saber filosófico
En "La función social de la filosofía" (2) Horkheimer analiza la posición de la filosofía en comparación con la de ciencias particulares. En estas hay una orientación general, independientemente de las controversias que puedan existir, que permite su definición; tal orientación está completamente ausente entre los filósofos, quizá porque "las ciencias particulares abordan problemas que deben ser tratados porque surgen del proceso vital de la sociedad en un momento dado (...). Aunque haya tareas científicas que no conduzcan a una utilidad inmediata, todas ellas poseen una potencial aplicabilidad" (M Horkheimer,1974, p.274-75).
Estas "guías" de las disciplinas particulares están determinadas por su POSICIÓN en el contexto global de la sociedad. Como no es una posición lo que puede definir la filosofía, hay tantas definiciones como escuelas o tendencias; para ilustrar esta certeza inicial, Horkheimer recorre la historia de la filosofía y concluye que las definiciones son diferentes porque lo que se entiende como a) su carácter, b) su contenido y c) su método también es, en cada caso, diferentes. De la comparación entre teorías antiguas y modernas, Horkheimer deduce que no hay una concepción unitaria en ninguno de los niveles relevados. a) Respecto del carácter, hay divergencias entre los que ven a la filosofía como "ciencia exacta" -Platón, Kant, Husserl- y los que creen que es una continuación de las ciencias particulares "con miras a la formación de un todo unitario" -Comte, Spencer, Mach, Russell-. Mientras unos sostienen la autonomía de la filosofía respecto de la ciencia, otros afirman la dependencia de aquélla respecto de ésta. Hay pensadores que, contrariamente a los anteriores -que hacen girar un criterio de verdad propio o ajeno como Pattern para definir lo filosófico- toman lo bello como eje axial. b) La segunda esfera determinante para la definición del concepto de filosofía es la del contenido: se incluyen en este tanto las leyes supremas del ser, como lo que desde Kant se denomina a priori y no falta quien involucra como su inobjetable Mettier el tema del valor. c) Finalmente el método es el tercer elemento que repercute en la definición de qué sea filosofía (intuición de esencias, definición de conceptos, la dialéctica).
La orientación que adquiere el desarrollo de los saberes particulares y de la técnica se relaciona con el grado de aplicabilidad de sus resultados a los problemas y necesidades sociales.
"La filosofía carece de tales guías...La praxis social no ofrece ninguna pauta a la filosofía (...). Los filósofos, por su parte, muestran una empecinada indiferencia frente al juicio del mundo exterior" (M. Horkheimer, 1974, p.275; resaltado agregado).
2. La tensión filosofía-'mundo' que instala la crítica.

Desde el "proceso a Sócrates", se instaura una TENSION entre los filósofos y su comunidad; y esta tensión se transforma a veces en persecución (3) o en mera incomprensión. Siempre que los científicos fueron perseguidos, lo fueron por sus ideas filosóficas y no por sus teorías científicas. (4) Esta persecución y este compelir al filósofo a vivir en secreto tiene su razón en una función de iluminación que Horkheimer atribuye a la filosofía, la de no aceptar las verdades científicas, ni los modos de vida sociales, ni los hábitos culturales establecidos, como tendencias naturales que deban ser acríticamente asumidas. Vale decir que es en su tarea crítica que la filosofía se dirige "contra la mera tradición" y es este carácter el que brinda ingratitud a su función.
Este impulso de la tarea filosófica que es capaz de "preservar a la humanidad de petrificarse dentro de los carriles prescriptos por la costumbre", puede extenderse también al de la ciencia y la técnica, razona Horkheimer. Sin embargo, el proceso de racionalización (Weber) de la sociedad moderna arrasó incluso con la cualidad única del arte. Así, el fracaso de una obra de teatro, por ejemplo, no pasa por la irrealización de una idea originaria sino por una falla en los estudios de los expertos al medir la relación obra-gusto masificado. Es el tipo de organización social predominante el que ha hecho que los hábitos culturales se vean también afectados; esta afección produce un mecanicismo en las costumbres: la repetición automática de los usos no evita, sino que contribuye a su petrificación.
Si la tarea de la filosofía de "arremeter contra lo establecido" se vuelve ingrata, se pregunta Horkheimer si la ciencia y la técnica -debido a la orientación que ellas asumen por su posición respecto de las necesidades sociales- podrán ser las que conduzcan a mejor humanidad. Pero, como afirmáramos, él mismo sale al cruce de probables objeciones respecto de la tarea de la ciencia y de su constante obligar a la sociedad a su acomodamiento.
"Ningún dominio de la industria..., alcanza hoy un estado de estabilidad total... Los fundamentos de la sociedad actual cambian constantemente por la intervención de la ciencia (...). Las acciones [de los hombres] transcurren..., mucho más mecánicamente que en otros tiempos, cuando se hallaban motivadas por una conciencia viviente, dictada por la convicción" (M. Horkheimer, 1974, p.277, resaltado añadido).
La falta de SEDIMENTACIÓN DE LOS HABITOS genera un mecanicismo creciente en las conductas de la masa que, en los procesos racionalizadores de la sociedad moderna, vaciaron de vida sus conciencias. La llamada 'revolución científico-tecnológica', no trajo aparejado en el plano de lo humano la misma cantidad y calidad de progresos que generara en su terreno específico.
"Ciencia y técnica son solo elementos de una totalidad social, y es muy posible que, a pesar de los avances de aquellas, otros factores, hasta la totalidad misma involucionen" (M. Horkheimer, 1974, p.278).
Horkheimer, fiel a su estilo de contrastar lo estrictamente teórico con la perspectiva de lo fáctico, reflexiona sobre la situación antagónica que se abriera en Europa entre el avance de las comunicaciones y el incremento de las condiciones que condujeran a la guerra. De allí que "el racionalismo individual puede ir acompañado de un completo irracionalismo general" (p.278). No puede el pensar, marchar en forma independiente sin atender al curso general de la sociedad, sin tener en cuenta la totalidad social. El pensar no puede perderse en la especulación pura, sino que debe determinar los fines de los procesos de racionalización social que, en su despliegue, parecen manejarse como fuerzas ciegas y predeterminadas. El pensar debe "intentar esclarecer los supuestos tanto materiales como intelectuales que habitualmente son aceptados sin discusión alguna, y que imprime FINES HUMANOS a todas aquellas relaciones cotidianas que son realizadas y justificadas casi ciegamente" (ib.).
La tensión entre filosofía y realidad entonces es fundamental y se refiere a que el pensar no puede permitirse el dejar de controlar todos sus contenidos y no puede considerar que las tendencias que rigen actualmente la vida social sean identificables con las leyes naturales, en lo que ellas tengan de fijas y de eternas. Debido a esta tensión, las discusiones y controversias acerca de lo que sea la filosofía permanecen siempre abiertas y en estado de irreconciliabilidad. La falta de guía para la filosofía, esa guía que fija un ordenamiento a las ciencias particulares, es, en sí, un problema filosófico.
Horkheimer introduce una razón sociológica a la pregunta de por qué en Europa la filosofía -teórica- encontró mayor desarrollo que en los E.E.U.U. No sólo la expansión territorial sino "condiciones objetivas" de su proceso histórico, propiciaron su desarrollo mientras que en USA, donde la preocupación por el asentamiento geográfico y la resolución de los problemas cotidianos constituyera una urgencia, todo se orientó a soluciones rápidas. El talante práctico dominó la resolución de estos problemas. La falta de interés por la teoría, a diferencia de Europa, fue suplantada por la utilización de la filosofía como rama de la ciencia y encontró allí el carril adecuado para su utilidad. Es en esta situación que la filosofía pierde su carácter autónomo y se transforma en sierva de la ciencia. Hay un fundamento que subyace a esta posición y es que "sería imposible un pensar que trascendiera las formas dominantes de la actividad científica y, por ello, el horizonte de la sociedad actual. El pensar debería, antes bien, aceptar modestamente las tareas que le plantean las necesidades, siempre renovadas, de la administración y de la industria... Si estas tareas...son útiles a la humanidad en el momento histórico actual, o si la organización social que las engendra es adecuada para el hombre, he ahí preguntas que, a los ojos de estos filósofos... son materia de decisión personal, de valoración subjetiva; están subordinadas al gusto y al temperamento del individuo" (M. Horkheimer, 1974, p.280).
Esta es la función social de la filosofía que Horkheimer critica. ¿Cómo reacciona un filósofo crítico frente a esta determinación que la sociedad -con el predominio de la racionalidad científico-técnica- impone a la filosofía?
"La única posición filosófica que se puede reconocer en esa actitud es la concepción negativa de que no hay una verdadera filosofía, de que el pensamiento sistemático...debe retirarse a un segundo plano; en una palabra: el escepticismo y nihilismo filosóficos" (ib.).
Frente a esta función social de la filosofía inculcada por la sociedad racionalizada tecnológicamente, Horkheimer también critica otra función social atribuible a la filosofía desde la sociología del conocimiento; esta concepción está "representada por diferentes ramas de la sociología moderna, que identifica la filosofía como una función social general, a saber: la ideología. Esta posición sostiene que el pensar filosófico... sería simple expresión de una situación social específica...Todo sistema de pensamiento sería "ideología"" (ib.).
Hay aspectos de esta teoría que son correctos, admite Horkheimer; (5) sin embargo, si se profundizan las razones por las que ciertos grupos son determinados en su pensar por su base social de pertenencia, faltan criterios históricos como elementos explicativos para la comprensión cosmovisional total. Por ejemplo, la visión matematizada de la vida característica de la modernidad estuvo a la base de diversas luchas. Es en ese sentido que trascendió los límites de la burguesía, grupo social de pertenecía en el que originariamente se gestara aquella cosmovisión. Vale decir que la teoría de Mannheim se queda corta sin una teoría general de la historia. Esta es la primera objeción que Horkheimer hace a la sociología del conocimiento, a la que une una segunda no menos importante: la aplicabilidad de la noción de ideología en forma de estereotipia anula la posibilidad de una verdad filosófica.
También la identificación de la filosofía con una rama de la sociología retoma la posición escéptica que Horkheimer asumía ante la filosofía distorsionada en la función social que recibe del reinado y autonomía de la ciencia y de la técnica.
3. De qué crítica se trata?
a. Crítica de lo establecido o eje de la crítica
Luego de criticar la función social de la filosofía en los dos modos inculcados -según provengan de la versión americana del predominio de lo aplicable o de la versión de relativización de todo tipo de verdad-, Horkheimer opone su visión de lo que sea la función social de la filosofía.
"La verdadera función social de la filosofía reside en la crítica de lo establecido…La meta principal de esa crítica es impedir que los hombres se abandonen a aquellas ideas y formas de conducta que la sociedad en su organización actual les dicta" (M. Horkheimer, 1974, p.282; enfatizado agregado).
Reaparece la relevancia del obrar individual con miras a la totalidad social. Para Max Weber la acción racional orientada por fines es la acción social -con sentido mentado, atendiendo a la intención que el actor puso en la acción- y que no descuida los resultados de la acción. Horkheimer toma esta idea weberiana. Las acciones humanas atienden a dos cosas: en primer lugar y respecto de sí mismas, al resultado que logran y en segundo lugar y respecto del contexto que les confiere sentido, a la totalidad social que las posibilita y sustenta. Si se toman las acciones y el obrar autónomos, como formas independientes respecto del todo, sus resultados pueden ser nefastos "En el período de entreguerras observamos en Europa una caótica proliferación de elementos aislados de la vida social: enormes empresas económicas, impuestos agobiantes, un crecimiento desproporcionado de ejércitos y armamentos, disciplina compulsiva, un cultivo unilateral de las ciencias naturales, etc. En lugar de una organización racional de las relaciones interiores y exteriores, sobrevino una hipertrofia de sectores de la civilización en detrimento de la totalidad. Ellos entraron en conflicto, y esto fue fatal para la humanidad" (M. Horkheimer, 1974, p.284).
Como en otros textos de la misma época, (6) Horkheimer destaca la interpenetración de la verdad parcial de cada fragmento de un todo con la verdad general de este último. La instancia de cada momento de verdad sólo tiene sentido como fragmento -y en ese sentido no definitivo- de la totalidad (Hegel). El modo de articulación de la parte con el todo es dialéctico y ese es precisamente el método que usan los grandes pensadores. El contenido de sus pensamientos "apuntó siempre a la organización racional de la sociedad humana. Pero esa organización era ...equivalente a la realización de la idea de Bien (...). Ni Platón ni Aristóteles cree... que la razón pueda lograr un desarrollo superior estable en hombres que llevan una vida de perros, ni que la sabiduría pueda marchar de la mano con la miseria" (M. Horkheimer, 1974, pp.285-6; remarcado nuestro).
Horkheimer llega más lejos tratando de radicar el principio de sus propias convicciones en la historia del pensamiento occidental; la lectura detenida de las teorías filosóficas revela que la axialidad en torno a la que giran es la de los problemas sociales y sus categorías históricas -aún en pensadores que presentan una estructura rígida en apariencia y cuyos conceptos parezcan ser muy abstractos y trascendentales-. Y esta axialidad, aún oculta bajo máscaras metafísicas es una de las distintividades que abisma la filosofía de la sociología, ya que ésta se conecta de manera muy superficial con la problemática social e histórica. Sin embargo, Horkheimer insiste que, pese a la centralidad de estas nociones, ellas no constituyen el fin al que apunta la filosofía. Su fin es un fin social y por ello entiende "el desarrollo del pensamiento crítico y dialéctico. La filosofía es el intento metódico y perseverante de introducir la razón en el mundo; eso hace que su posición sea precaria y cuestionada. La filosofía es incómoda, obstinada y, además, carece de utilidad inmediata; es, pues, una verdadera fuente de contrariedades" (M. Horkheimer, 1974 p.285).
¿Dónde radican las contradicciones que la filosofía contiene? Esta pregunta también inquieta a M. Horkheimer. Como intelectual procedente de matriz materialista, cree que una de las tareas del intelectual es la resolución del abismo que las teorías idealistas habían generado entre teoría y praxis. Pero, y quizá hoy estemos en condiciones de afirmar que sea ésta una de las razones del fracaso de los marxismos occidentales, la conciliación entre ambos aspectos o esferas nunca se dio. Si bien Neumann ha reconocido que los americanos, en el momento de la migración de intelectuales europeos no tenían este abismo como conflicto, creemos que, una vez desaparecida la generación trasplantada, desapareció la teoría. Y así como fue imposible para los marxistas superar la falta de praxis del idealismo, también para el filósofo angloparlante de talante pragmatista será difícil el acceso a la teoría a la manera como lo hace la filosofía europea de principios de siglo.
b. Condiciones de la crítica
"La crítica o conciencia de la diferencia ha sido permanentemente la fuerza del pensamiento filosófico, que se siente a sí mismo la esencia de la realidad y al mismo tiempo su contraposición...; el concepto no se ha reconciliado jamás consigo mismo. Incluso el desgajamiento de las ciencias positivas...de la filosofía forma parte de su propio desarrollo"(M. Horkheimer, 1979, p.26).
Esta convicción de la que parte Horkheimer en 1958 (7) da cuenta de que todo debate y polémica que enfrente a la filosofía y los saberes particulares, ya estaba contenido en la idea misma de filosofía, entendida como crítica.
Siempre resulta ardua la tarea de desentrañar con precisión la noción de 'crítica' en la obra de Horkheimer. Y ello por dos razones: ni el concepto es unívoco en el desarrollo de la denominada 'teoría crítica', ni la advertencia metodológica y epistemológica del mismo Horkheimer es coherente con el uso que el autor hace de la noción -ignorando más de una vez, lo que ha definido por 'crítica' previamente-.
El célebre artículo de 1937 (8) contiene una nota en la que el autor demarca "crítica" como "una característica esencial de la teoría dialéctica de la sociedad" y cuyo contenido no se relaciona con el sentido de la "crítica idealista de la razón pura sino con el de la crítica dialéctica de la economía política". Es bien sabido, sin embargo, que el desarrollo de la teoría horkheimeriana se emparenta mucho más con el sentido que explícitamente rechaza que con el que teóricamente promete asumir. En todo caso, la crítica de Horkheimer será una "crítica de la razón impura" (McCarthy).
También la filosofía es "custodiadora", ya que “en cuanto fuerza de lo negativo, ha instituido la unidad que se despliega por sí misma y otorga carácter a la conciencia del individuo. Las primeras elucidaciones filosóficas, la erección de los principios universales de la naturaleza constituían, teniendo en cuenta su significación objetiva, respuestas críticas a las creencias en los dioses y a los mitos vigentes... La gran filosofía griega fue también crítica: Aristóteles continuó y negó simultáneamente la interpretación platónica del mundo" (M. Horkheimer,1979, p.28-29).
Pero la crítica así entendida no es la mera sospecha generalizada sobre absolutamente todo, ni se relaciona con el rechazo sin más de lo existente actual. Este sería un sentido del término más emparentado con los sistemas racionalistas modernos que con esta filosofía instalada en otra tradición.
Por esta época, los '50, una de las preocupaciones de Horkheimer es descifrar el puesto de la filosofía crítica entre las formas hipostasiadas que la tradición filosófica ha tomado en ciertas formas de ontología y de positivismos. (9) El puesto que Horkheimer busca para su filosofía está por crearse, ya que tal como hegemónicamente se plasmará la historia de la teoría occidental, no hizo lugar para el registro de una crítica tal.
"La tendencia a la modificación activa del mundo se expresa en el descomedido crecer de las fuerzas y de la cual es una cara la secesión de las ciencias particulares, constituía una peculiaridad del pensamiento europeo desde la Antigüedad; pero ni el sentido de la filosofía era desguazarse en aquellas disciplinas o agregarse a ellas, en cuanto logística o semántica, a modo de ciencia auxiliar -y en ello reside lo ilusorio del positivismo-, ni formar una artesanía especial dotada de un procedimiento de tipo propio, cortado a medida de un tema peculiar, el ser -y ésta es la pretensión de la ontología fundamental-; uno y otro se asientan sobre la división del trabajo y, con ello, reniegan objetivamente de la contraposición entre idea y realidad, oposición de la que el pensamiento libre ha sacado en otro tiempo su fuerza. Merced a la esmerada escisión que se hace entre ambas caras en el manejo y administración de la sociedad, se desvanece dicha oposición, que únicamente subsiste cuando quieren ser una sola" (M. Horkheimer, 1979, p.27; enfatizado propio).
Vale decir que la hipóstasis que hace el positivismo de la "realidad", no menos que la que hace la ontología de la "idea", anulan uno de los frentes de la dimensión de la historia. La enfatización que ambas tendencias del pensamiento hacen de los dos polos de la tensión -necesaria- entre pensamiento y realidad, anula la posibilidad de emergencia del pensar crítico.
4. Función pedagógica de la crítica
Si la filosofía no tiene una función determinada dentro del "ordenamiento existente" de la vida social, tal como esta se da con la jerarquía de valores vigente, necesariamente debe ser crítica.
Si la filosofía no ocupa una posición de sierva de los saberes particulares ni menos aún de las necesidades del saber administrativo, necesariamente debe aislarse e instalar una tensión con la realidad existente.
Si la teoría crítica de la sociedad y de la ciencia apunta a una consideración diferente de las condiciones en las que actualmente se dan aquéllas, necesariamente se auto concibe como negativa respecto del orden vigente.
La función crítica de la filosofía es pedagógica en la tarea de orientar a los hombres a la percepción de las condiciones sociales como no naturales, no fijas ni eternas y en la persistencia del mejoramiento de la totalidad social.
CONCLUSIÓN
Gracias a la elaboración de este trabajo hemos llegado a conocer aspectos de alta importancia con respecto a la educación y a la pedagogía. En este tiempo moderno donde los alumnos no pueden ser reprobados, se pone en tela de juicio la estandarización de la educación, con la intención de crear profesionales de alta calidad y no meramente espectadores, en la Universidad Azteca, los planes de estudio involucran aspectos pedagógicos y técnicas para llevar a cabo actividades acorde a los temas y el trabajo en equipo, la competitividad se da a nivel grupal, por lo que es de esperar que una generación salga con los conocimientos mínimos requeridos para formar a un alumno con un alto carácter auto crítico.
Este reporte de lectura reúne diversas fuentes de información enunciadas de Redalyc como artículos de divulgación e interés científico, así como monografías y diccionario de la lengua española no enunciados por ser de carácter público.



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[1] https://www.monografias.com/trabajos11/hispeda/hispeda2.shtml
[2] https://www.monografias.com/trabajos67/filosofia-educacion/filosofia-educacion2.shtml
[3] http://www.bu.edu/wcp/Papers/Soci/SociBarb.htm

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